Adara E. Parthenopaeus

Se puede decir que hay un antes y un después en la personalidad de Adara. Antes de que la desgracia cayera sobre el mundo entero, ella era una mujer muy alegre, siempre estaba haciendo bromas y tratando de alegrar a los demás. Le gustaba ser así, le gustaba no ser como el resto de su familia, pues había nacido en un hogar de padres militares y todos se regían por estrictas normas. Ella solía decir que tenía una familia muy tiesa y seguramente era adoptada. Siempre bromeaba con eso, pues en el fondo adoraba a su familia más que a nada en el mundo. Desde siempre tuvo una buena situación económica pero eso no le impidió ser luchadora, pues todo se lo ganaba a punta de esfuerzo. Jamás se rendía y si caía, se volvía a levantar. Leal hasta la médula, era capaz de entregar su propio cuello antes que delatar a un amigo, a un hermano. Una vez al entrar en las fuerzas aéreas fue la mejor en su generación, pues amaba más que a nada volar. Se sentía libre al estar en el cielo, y así era su vida. Le costaba seguir las reglas y eso solía meterla en líos, jamás dejaba que nadie le dijera lo que tenía que hacer. Muy orgullosa, demasiado para su propio bien, no tenía filtro al hablar y eso la convertía en una persona en extremo sincera.
Todo cambió cuando el virus apareció. Tuvo que pasar por difíciles, cometer muchos errores y darse cuenta a porrazos que tenía que tomarse su vida y la de quienes la rodeaban, con más seriedad. Sigue siendo alegre aunque su mirada siempre tiene un brillo de tristeza y amargura. Su sonrisa muestra lo que desea sentir más sus ojos no mienten y muestran como en verdad se siente. Cuando debe cuidar de otros se lo toma muy enserio, dejando las risas de lado y usando su mayor concentración y entrega. Desde el primer día no dudó en atravesar la frente de alguien con un disparo, pues es realista y sabe que nada ni nadie salvarán a los caminantes. Decidida, cuando se le mete algo en la cabeza no hay quien la haga cambiar de opinión. Valiente y estúpida, pues para ella esas dos palabras van de la mano. Jamás la verás retroceder, jamás la verás dejar a un amigo atrás, jamás te dejará convertirte en una de esas horribles criaturas si ve que ya no tienes esperanzas. Puedes rogarle todo lo que quieras para que no te mate, pero es tiempo perdido. Y aun cuando se le hace fácil relacionarse con otras personas, desde que se separó de su familia, desde que tuvo que disparar a su padre, se siente sola, por mas rodeada de personas que se encuentre, siempre se sentirá sola, pues no hay nadie que llene el vació que le quedó en el corazón. Hay momentos en el día en los que prefiere apartarse del grupo solo para ocultar las lágrimas que el dolor le arranca. Jamás la verás llorar, pues ella lo ve como debilidad y no se permite a si misma demostrarse débil. Tiene un enorme corazón, solo está demasiado roto.

Addy es hermosa por donde se le mire. Es alta y de curvas bien marcadas, un cuerpo digno de modelo y que se gana miradas de ambos sexos. De cabello dorado y largo, cae en suaves ondas por sus hombros y pechos. Sus ojos son claros como el cielo, casi grises. Pareciera sonreír con esa mirada dulce y coqueta que la caracteriza. Si, tiene una mirada dulce aunque su persona esté muy lejos de serlo. Tiene labios prominentes y sensuales los cuales se convierten en la adicción de cualquiera que llegue a probarlos. Su piel es blanca pero normalmente lleva un sutil bronceado que contrasta a la perfección con el color de su cabello y ojos. Tiene marcas en su cuerpo, más bien tatuajes que no están a simple vista. Tiene un pequeño fénix rodeado de fuego en el interior de su muslo derecho. Al final de su espalda tiene tres mariposas, siendo la del centro la de mayor tamaño. Su último y más reciente tatuaje es una pequeña gota negra al interior de su muñeca derecha. Tiene una marca de nacimiento con forma de sol justo en su nuca.

Familia:
Padres:
Theron Parthenopaeus [Muerto - Ex piloto de guerra]
Cyrene Parthenopaeus [Caminante]

Hermanos:
Thais Parthenopaeus [Caminante - médico militar]
Urian Parthenopaeus [32 años - mercenario - agente secreto]
Zarek Parthenopaeus [27 años - errante - piloto de guerra]
Bastiaan Parthenopaeus [20 años - desaparecido - marino]

Historia:
Hija de uno de los mejores pilotos en la Fuerza Aérea Helénica y de la mujer más dulce que podría haber conocido jamás. Theron y Cyrene amaron a sus hijos toda su vida y cada día se los hicieron saber. Fue mimada desde siempre, mas sus padres la educaron bien a ella y sus hermanos. Les daban libertades, pero siempre hicieron respetar a su hogar y a la familia. Les enseñaron valores preciosos que los hicieron grandes personas. Era una familia unida, fuerte, siempre estaban los unos para los otros. Adara creció siendo una niña feliz, amada y soñadora. Su padre era su ídolo, cuando era niña no le contaba historias de princesas ni cuentos de hadas, la hacía dormir relatándole sus grandes hazañas en el aire. Fue así como Adara desde muy niña supo que algún día sería una piloto como su padre. Y lo consiguió. Ella y sus hermanos estudiaron en una escuela militar. Desde niños aprendieron a pelear y a defenderse. Ya de grandes cada quien fue tomando su propio camino, pero todos dentro de lo mismo, médicos militares, fuerzas aéreas, agentes especiales, marinos. Sus padres estaban orgullosos. Su vida era perfecta.
Adara siempre fue un poco más rebelde según sus padres, pues le costaba seguir órdenes y respetar a sus superiores. Muchas veces creyó que sería expulsada de la escuela de aviación, lo mismo pensó cuando ya era parte de la Fuerza Aérea Helénica. Pero era una experta en el cielo, su especialidad eran los aviones caza. Fue ahí donde conoció al que fue su novio por dos años, Alexión y fue él a la primera persona que mató cuando el virus apareció.
De un día para otro todo cambió, las personas comenzaron a comportarse de forma extraña, no podía creer lo que veía, se comían entre ellos, ya no razonaban, eran muertos vivientes, con el tiempo los llamarían, caminantes. Estaba bajando de su caza cuando le informaron que Alexión había estado tratando de comunicarse con ella varias veces. Lo llamó y fue entonces cuando él le dijo que ya era muy tarde. Ella lo supo al instante, lo habían mordido. Sin perder el tiempo fue hasta su hogar justo minutos antes de que él perdiera por completo la razón. Alcanzó a despedirse de él, a decirle que lo amaba a lo cual él respondía de la misma forma, mas no le permitió vivir más de tres segundos de aquella forma, disparándole en la cabeza en cuanto él dejó la vida para convertirse en un caminante. No titubeó, pero fue la primera decisión más difícil que tomó en su vida. Decidida a mantener a su familia a salvo, pensó que ya era hora de ir a un lugar seguro, por lo que partió a casa de sus padres, quienes vivían con su hermano menor. Al llegar ahí se encontró con que su madre ya no estaba en casa, era un caminante, mientras su hermano, Bastiaan luchaba por zafarse de su padre, quien también era una de esas criaturas. Con el corazón desgarrado apartó a su hermano y disparó en la cabeza a su padre. Sin mirar atrás, tomó lo necesario y se llevó a su hermano con ella. Fue en busca del resto de su familia, mas ya no había nadie en sus casas. Todos sus hermanos habían desaparecido. No tuvo tiempo realmente a llorarlos antes de que Bastiaan también se fuera de sus manos. En un descuido éste huyó en busca de su novia, Adara lo siguió pero nunca lo encontró. Estuvo semanas buscándolo por toda su ciudad, pero no volvió a saber nada de él. Tuvo que tomar una decisión, dejaría el país, iría a Australia, algunos decían que allá era más seguro, que se estaban formando grupos de supervivientes, quizás ahí encontraría a sus seres queridos que había perdido, pues tenía la esperanza de que aun siguieran con vida. Todos tenían entrenamiento especial, no eran débiles, le costaba creer que se hubieran dejado morder por esas criaturas. Fue así como, sin permiso alguno, sacó uno de los aviones de la fuerza aérea que le permitiría llegar hasta dicho país. Se armó con municiones, ropa, agua y comida y emprendió su viaje. Una vez allá, vagó por mucho tiempo sola, ocultándose de grupos que se hacían llamar mercenarios, No se fiaba de ellos, aunque fue por uno de ellos mismos que supo de sus hermanos. Su hermana mayor había muerto, ahora era una caminante, su hermano Urian era un mercenario y Zarek un errante. Era información de un mes antes, no sabía si aun estaban vivos o no, y mucho menos sabía su ubicación. Siguió su vieja sola hasta ahora, que encontró un grupo de errantes. Se unió a ellos porque sabe que es mejor estar en grupos, a veces tiene que dormir y al menos tendrá a quien le cuide las espaldas.

Habilidades:

• Tiene un manejo de armas excelente, su puntería con las armas de fuego es muy buena, rara vez pierde un tiro. Sabe también como usar armas corto punzantes. Aunque de todas ella prefiere las hachas, meten menos ruido y arrancan la cabeza de un solo golpe. O al menos ella sabe cómo hacerlo.
  
  
• Sabe sobrevivir a la intemperie, pues recibió entrenamiento militar y ahí le enseñaron todo lo necesario.
  
  
• La lucha cuerpo a cuerpo también la maneja. Su padre le enseñó artes marciales, entre otras cosas y su condición física es muy buena.
  
  
• Si hay algo en lo que ella es realmente buena, es en el aire. Entrégale un avión y ella sabrá cómo utilizarlo.

Enfermedades. Tiene alergia a los gatos.

Bando: Errantes, grupo 4.

Estatus dentro del grupo: Es vigilantes, pero cuando la situación lo requiere, las hace de abastecedora también.

Miedos:

• Convertirse en un caminante.
  
• Jamás encontrar a sus hermanos.
  
• Dormir, suele tener pesadillas que no la dejan vivir tranquila.