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Una historia diferente

Poder. Cualquiera lo suficientemente adulto como para dejar de vivir en una fantasía conoce la importancia del poder sobre la gente, ¿pero cómo se decide quién lo ostenta? Una dinámica social falta de valores, de capacidad para mantenerse en pie por uno mismo; una sociedad que se vende acaba generando en el poder más fácil para el que lo tiene y más horrible para el que carece de él: el poder del dinero.
Cuando tu familia posee títulos, propiedades y liquidez para toda la vida aprendes que puedes comprar lo que desees. Así, cuatro familias de la sociedad mágica del Reino Unido alcanzaron la cumbre, pisando a aquellos indignos que no obtendrían un hueco en su nuevo modelo de gobierno. Mientras crecía su poder, más importante se hacía la mentalidad de que la pureza de la sangre mágica era una máxima para ser alguien en la vida, puesto que si no estabas con ellos, estabas contra ellos.

De la Isla Esmeralda, la familia O'Grady; de la valiente Escocia, la familia McAllister; de la propia Inglaterra, los Bloodworth y de la tierra del dragón rojo, Gales, los Giggs. Los cuatro clanes más antiguos de la magia de los cuatro reinos actualmente se distribuyen el poder, y sólo un miembro de éstas alcanzará los más altos cargos en San Mungo, Hogwarts, el Ministerio de Magia y Gringotts.

Crearon una sociedad perfecta para las ideas que les habían transmitido sus padres, donde es mestizaje no está bien visto y la magia en un ser concebido por muggles es poco más que una aberración. Estas ideas quedan patentes en la construcción jerárquica: los mestizos, por su parte mágica, mantienen sus derechos aunque jamás serán más que un jefe de departamento o de casa de Hogwarts.
Por su lado, los hijos de muggle jamás serán admitidos en un cargo mínimamente importante. Son los conserjes, los cocineros, la mano de obra del Reino Unido. Pero se les permite estudiar, valga la bondad del gobierno.

La jerarquía en Hogwarts no es tan distinta, enseñando así a los jóvenes magos desde el comienzo cuál será su lugar en la vida. Un previo examen de la genealogía del alumno es lo único necesario para que éste sea asignado a una casa:

Un miembro de una de las cuatro familias será un Slytherin.
Un hijo de magos con un linaje limpio será de cualquier casa a excepción de Hufflepuff.
Un mestizo no podrá ser nunca un Slytherin.
Y un sangre sucia siempre será un Hufflepuff, siendo obligado a estudiar en un horario distinto al de sus compañeros y a combinar las clases con tareas de limpieza y mantenimiento.

Sin embargo, no todo puede ser perfecto en este orden establecido: existe un grupo de piojosos, de inadaptados, de parias. Ese hatajo de subseres se hace llamar Frente Nueva Perspectiva. Aún no se sabe muy bien su objetivo último, pero están resultando ser una molestia muy grande, una plaga. Una organización cuya columna vertebral está compuesta por sangres sucia y mestizos traidores a su sangre mágica que han conseguido escapar momentáneamente a la alargada sombra del gobierno y, como consecuencia de esto, se han convertido en unos salvajes, embruteciendo también sus propios poderes hasta el punto de no poder controlarlos.