Another Brick In the Wall | Confirmación Afiliación Élite.

Pasa el ratón sobre las imágenes para ver el link directo.

El mundo ya controla nuestras vidas, no necesitamos que controlen también nuestros pensamientos.

Las cámaras te ven pasar, siguen tus movimientos allá donde vas, sin embargo tú sigues igual, no te inmutas, lo desconoces, vives en tu feliz ignorancia, creyendo siempre que tus secretos están a salvo y que seguirán siendo tuyos hasta el final. Inocente de ti.
Remontémonos hacia un par de años atrás; un alemán ciudadano de Berlín, maduro, recibe una gran fortuna tras la muerte de sus progenitores; él, que ya poseía todo a cuanto podía aspirar en la vida, decidió nunca echar raíces. Demasiado cuerdo para malgastar su vida, o tal vez demasiado trastornado para cuidar de alguien más que no sea él; pero aún así fascinado y llevado por la más insana curiosidad, mandó construir un gran edificio que se compone por cuatro bloques enteros, cada uno de ellos ambientados en su mayoría por ciudades europeas y estadounidenses.
Y ahora es cuando os preguntaréis: ¿Por qué hizo eso? ¿Para dar un hogar a las personas? ¿Para invertir su fortuna en algo? La respuesta es No.
La ambición no es uno de sus pecados capitales, sin embargo, la cordura tampoco es una de sus facultades mentales.
Es un edificio de calidad, construido para aquellos que puedan costearse el vivir en un lugar que ofrece de lo más lujoso a lo más simple para sus habitantes, sin embargo existe una única pega, algo que todos los arrendatarios del lugar desconocen y desconocerán hasta el día de su marcha del edificio. Ernst D. Goebbels, un multimillonario empresario hizo construir un edificio de viviendas, con una única peculiaridad; cada ángulo del edificio posee cámaras discretas, imperceptible a los sentidos humanos y cuyo único fin es observar, seguir y grabar a los habitantes del lugar en su día a día.
Éste peculiar hombre guarda bajo llave los más oscuros secretos que puedan rondar en el edificio, que aún a día de hoy, en el año 2012, ha sido recientemente inaugurado. Él puede que te conozca como la palma de su mano, pero tú de él nunca desconfiarás, simplemente porque desconoces y siempre desconocerás que en éste singular edificio ni tus secretos te pertenecen.
Los mensajes anónimos que recibirás a lo largo de tu estancia en el edificio serán siempre eso, uno simples mensajes anónimos, capaz de delatar todos tus secretos con la facilidad extraordinaria de los nuevos medios. ¿Qué me dices? ¿Aún sabiendo esto serás capaz de quedarte? Quédate, te daremos tu llave, elige una vivienda y deja ver a El Vigilante hasta donde puede llegar tu cordura mental. Y bien... ¿te vas, o te quedas?

Desplega para ver los códigos: